El Gobierno de EEUU ha ordenado la retirada de todo su personal no esencial en su embajada en Cuba, tras el “ataque acústico” sufrido por al menos 21 estadounidenses destinados en la isla y cuyo responsable se desconoce, según ha adelantado este viernes las cadenas CNN y CBS.

 La orden, que será anunciada este viernes por el Departamento de Estado, contempla también suspender la emisión de visas en la embajada en Cuba de manera indefinida, de acuerdo con funcionarios estadounidenses citados bajo anonimato por ambas cadenas.

Además, el Gobierno de EEUU prevé alertar a sus ciudadanos del peligro de ser víctimas de “ataques” si viajan a Cuba.

El jueves el Gobierno ya había confirmado que el secretario de Estado de EEUU, Rex Tillerson, estaba “revisando todas sus opciones”, incluida la retirada de parte del personal diplomático en Cuba, tras el “ataque acústico”. Dos días antes, el martes, Tillerson mantuvo una reunión en la capital estadounidense con el canciller cubano, Bruno Rodríguez, para tratar este misterioso asunto.

 Tras el encuentro, el Departamento de Estado dijo en un comunicado que la conversación entre ambos fue “firme y franca” y que “reflejó la profunda preocupación de los Estados Unidos por la seguridad de su personal diplomático”.

En ella, Tillerson “expresó la gravedad de la situación e insistió a las autoridades cubanas en su obligación de proteger al personal de la embajada y a sus familias”.

LAS ACUSACIONES DE EEUU

Rodríguez, por su parte, indicó que “sería lamentable que se politizara un asunto de esta naturaleza y que se tomen decisiones apresuradas y sin sustento en evidencias y resultados investigativos concluyentes”.

EEUU asegura que al menos 21 estadounidenses destinados en La Habana han sufrido “incidentes de salud”, aunque también ha subrayado que aún no tiene “respuestas definitivas sobre la fuente o causa” de los mismos.

Según medios estadounidenses, que citan informes médicos de los afectados, algunos de estos diplomáticos sufrieron lesiones cerebrales traumáticas leves y pérdida de audición a raíz de los incidentes.

Las nuevas tensiones se enmarcan en un periodo de enfriamiento de las relaciones bilaterales a raíz de la nueva política marcada por el presidente estadounidense, Donald Trump.

Trump ha impuesto ciertas restricciones a la apertura hacia la isla promovida por su predecesor en la Casa Blanca, Barack Obama, ha respaldado el embargo y se ha negado a negociar con el Gobierno de Raúl Castro si no hay avances democráticos en Cuba.