Mijaíl Popkov, un ex policía ruso que ya había sido condenado a cadena perpetua por el asesinato de 22 mujeres, fue hallado culpable este lunes de 56 asesinatos más, anunció la fiscalía.
Popkov fue condenado por segunda vez a una pena de cárcel perpetua. Con un total de 78 asesinatos, se convierte en el mayor asesino serial de Rusia.
El Tribunal regional de Irkutsk, en Siberia, dictaminó que Popkov era culpable del asesinato de 56 personas entre 1992 y 2007, anunció la oficina de la fiscalía en un comunicado.
Los cadáveres de casi todas las víctimas, con edades comprendidas entre los 17 y los 38 años, fueron encontrados desfigurados y con señales de violación en cementerios y zonas boscosas próximas a Angarsk, una ciudad industrial de Siberia Oriental.
Popkov, que en la actualidad tiene 49 años, llegó a utilizar todo tipo de objetos para quitarles la vida a sus víctimas, incluidos cuchillos, destornilladores, punzones, garrotas, bates de béisbol y tacos de billar, entre otros.
El ex policía tenía “una necesidad patológica de matar” gente, afirma el texto de la fiscalía.
Los peritos dieron por probada la culpabilidad del asesino, que se denomina a sí mismo “El Purgador”, al afirmar que sólo mataba a “mujeres de vida disipada”. A su vez, la prensa lo caracterizó como “el hombro lobo de Siberia”.
Popkov también fue hallado culpable de haber violado a 10 de sus víctimas.
Ya había sido condenado en 2015 por la violación y la muerte de 22 mujeres.
Tiempo después Popkov confesó otros 59 asesinatos, pero la policía no pudo probar tres de esas muertes.
Popkov invitaba a sus víctimas a pasear durante la noche, a veces en un patrullero de la policía, y luego sólo “castigaba” a aquellas que aceptaban tomarse una copa con él.
El colmo del caso es que Mijaíl Popkov participó en algunas de las investigaciones de sus propios crímenes para desviar las sospechas, indicaron sus colegas.
El ex policía fue detenido en 2012 en Vladivostok (extremo oriente ruso) al cabo de una larga investigación y gracias a análisis de ADN.
Sobre uno de los cinco asesinatos dobles que cometió, a dos amigas de 19 y 20 años a las que recogió cuando regresaban a su hogar después de un concierto, relató: “Empecé a sentir asco hacia las chicas por su comportamiento despreocupado y quise castigarlas”. Luego, detalló cómo apuñaló repetidas veces en la cabeza a una de las jóvenes, y cómo persiguió y mató a la otra cuando intentaba huir.
Popkov no manifestó ningún arrepentimiento y señaló que la responsabilidad era de las víctimas. “Fue su culpa. Andaban borrachas por la calle en lugar de estar en casa con sus maridos e hijos”, llegó a decir acerca de las mujeres atacadas. Sin embargo, dos jóvenes que lograron sobrevivir a sus ataques desmintieron esa versión.
El asesino presumió ante sus compañeros de celda “haber matado a más gente que Andréi Chikatilo”, considerado hasta ahora el mayor asesino en serie en la historia de Rusia y la Unión Soviética, ejecutado por haber asesinado a 53 adolescentes y niños.
Aunque su mujer, su hija y sus amigos le definían como “un hombre pacífico, tranquilo y amable, que no haría daño ni a una mosca“, la comisión médica que lo examinó cuando era policía en activo observó “aspectos psicopáticos” en su personalidad, pero inexplicablemente lo encontró apto para servir en las fuerzas de seguridad.
Al “Maníaco de Angarsk“, como también lo apodó la prensa rusa, le gustaba cocinar, esquiar en compañía de su mujer y su hija y hacer bricolaje en casa,según los testimonios ofrecidos a la investigación por los amigos que frecuentaban la casa de los Popkov.
Tras la condena, se convierte en uno de los asesinos en serie más mortíferos de la historia, por detrás de los colombianos Luis “la Bestia” Garavito, quien mató en los años 90 a al menos 138 niños, y Pedro “el Monstruo de los Andes” López, autor de al menos 110 homicidios en Colombia, Ecuador y Perú entre 1969 y 1980.