Rosario Murillo, aseguró que en su país “hay unos cuantos pelagatos” con odio, en alusión a los que se manifiestan contra el Gobierno del presidente Daniel Ortega en el marco de una crisis sociopolítica que ha dejado cientos de muertos desde abril pasado.
“Sabemos que hay unos cuantos pelagatos, unos cuantos puchos (pocos) que todavía se ensañan, que todavía no logran, en su ceguera, darse cuenta de cómo Nicaragua rechaza el odio y quiere paz, trabajo y reconciliación”, criticó Murillo, también primera dama del país, a través de medios oficiales.
Este domingo se dio un enfrentamiento verbal entre sandinistas y opositores en una marcha en Managua y ataques a otras manifestaciones antigubernamentales en al menos cuatro municipios de Nicaragua.
“¡Qué Dios les dé paz interior, y que Dios ilumine sus corazones para que sientan el poderoso llamado del amor, y sobre todo el llamado a encontrarnos y reconciliarnos como hermanos”, continuó la dignataria.
Según Murillo, en Nicaragua “todavía hay algunos que se niegan a reconciliarse, que no quieren la reconciliación”.
“Pero nuestro deber, como cristianos, es llamarnos a la reconciliación todos los días, independientemente de que sepamos, de que veamos la malacrianza, la actuación que niega el corazón; independientemente de que veamos que todavía hay quienes, ciegos e iracundos, se niegan a aceptar a Cristo”, agregó.
Nicaragua vive desde el 18 de abril una crisis social y política que ha generado varias protestas contra el Gobierno de Daniel Ortega y un saldo de más de 400 muertos, según organismos de Derechos Humanos locales y extranjeros, mientras que el Ejecutivo cifra en 198 los fallecidos.
La oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) ha responsabilizado al Gobierno de “más de 300 muertos”, así como por ejecuciones extrajudiciales, torturas, obstrucción a la atención médica, detenciones arbitrarias, secuestros y violencia sexual.
En una entrevista con la Agencia Efe en Managua, el presidente Ortega negó que haya sofocado las protestas con represión, dijo no sentirse responsable de las muertes en las calles durante los últimos meses y culpó a EE.UU. y al narcotráfico de financiar, apoyar y armar a grupos violentos.
Las manifestaciones contra Ortega y Murillo comenzaron el 18 de abril pasado por unas fallidas reformas de la seguridad social y se convirtieron en una exigencia de renuncia del mandatario, después de once años en el poder.
Con información de EFE