Ocurrió en un lapso inferior a 24 horas.
Decenas de personas comenzaron a caer por efecto de las drogas ante el estupor de los equipos de emergencias.
“Las víctimas no hacían más que caer al suelo”, describió el jefe de bomberos John Alston.
Sucedió entre este martes y miércoles en New Haven, una pequeña ciudad del noreste de Estados Unidos donde se encuentra la prestigiosa Universidad de Yale.
En el curso de un día, más de 70 personas sufrieron una sobredosis narcótica, aparentemente por consumo de K2, una marihuana sintética también conocida como spice.
Más de 50 de las sobredosis se produjeron en New Haven Green, un histórico parque que bordea el campus de Yale.
Cuando los equipos de emergencia respondieron a la alerta, se encontraron a algunas personas inconscientes, otras vomitaban, alucinaban o sufrían de tensión alta y dificultades para respirar.
Como primera medida, los sanitarios les suministraron Naloxone, un medicamento que se utiliza para contrarrestar las sobredosis. Posteriormente la mayoría de las víctimas fueron trasladadas a hospitales locales.
Kathryn Hawk, doctora de urgencias en el hospital Yale New Haven, señaló que quizá se consumió K2 en combinación con fentanilo, un potente calmante. La policía no confirmó este dato.
Record de muertes por sobredosis
El incidente de New Haven coincide con la difusión esta semana de un nuevo informe de los Centros para el Control de las Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) en el que se alerta que 72.000 estadounidenses murieron por sobredosis en 2017, la cifra más alta registrada hasta ahora.
Según los cálculos de los CDC, las drogas -en especial el fentanilo- son ahora más letales en Estados Unidos que el VIH, los accidentes de tráfico y las armas.
Opiáceos sintéticos como el fentanilo, que es entre 30 y 50 veces más potente que la heroína, son extremadamente peligrosos.
Apenas 2 miligramos de fentanilo, el equivalente a unos granos de sal de mesa, es una dosis letal para la mayor parte de la gente e incluso la simple exposición a la sustancia puede causar una reacción fatal, de acuerdo a la agencia estadounidense contra las drogas, la DEA.
El fentanilo está aprobado como anestésico y calmante, pero su alto margen de beneficio para los traficantes lo ha convertido en una droga clave en la crisis de los opiáceos en Estados Unidos.
El CDC informó que entre 2015 y 2016 la tasa de muertes por sobredosis con opiáceos sintéticos como el fentanilo se duplicó.
En New Haven, el jefe de bomberos John Alston les dijo a los periodistas que el problema de los opiáceos es de largo alcance.
“La gente se está automedicando por razones diferentes y los equipos de cada agencia -policía, bomberos, médicos- estamos bajo mucha presión en este momento”, señaló Alston.
“Este es un problema que no va a desaparecer”.