El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, le advirtió a China que “modere” su comportamiento en las aguas disputadas del Mar de China Meridional, unas declaraciones que contrastan con su política de acercamiento al gigante asiático.

Duterte señaló que China no tiene derecho a amenazar ni repeler a las aeronaves y barcos extranjeros que pasen por las aguas en torno al atolón Scarborough y las islas Spratly (más de 750 arrecifes, islotes y cayos), según la transcripción oficial de un discurso pronunciado anoche en el palacio presidencial.

China ha ocupado ilegalmente esos territorios, donde está construyendo edificaciones de uso militar, a pesar de que hace dos años la Corte Permanente de Arbitraje de La Haya (CPA) atribuyera a Filipinas los derechos sobre ese área, fallo que Pekín no reconoce.

“Tienen que reconsiderar ese comportamiento porque podría convertirse en un foco de conflicto algún día”, indicó Duterte, quien hasta ahora había mostrado una actitud más condescendiente con las actividades militares de Pekín en la zona.

Rodrigo Duterte, durante un evento con miembros de la comunidad filipina en Hong Kong el 12 de abril de 2018. /EFE/ Jerome Favre

Rodrigo Duterte, durante un evento con miembros de la comunidad filipina en Hong Kong el 12 de abril de 2018. /EFE/ Jerome Favre

Medios filipinos han publicado en las últimas semanas vídeos y grabaciones de las transmisiones de radio de los guardacostas chinos en los que solicitan en tono amenazante a embarcaciones extranjeras que salgan de esas aguas.

Filipinas, China, Taiwán, Malasia, Vietnam y Brunei reclaman total o parcialmente el archipiélago de Spratly, donde China ha edificado islas artificiales sobre los arrecifes para apropiárselas de facto.

“No se puede crear una isla artificial y luego decir que el aire sobre ella es tuyo. Eso es un error porque esas aguas son internacionales y debe garantizarse el paso seguro de embarcaciones”, apuntó el mandatario.

Es la primera vez que Duterte condena abiertamente la presencia militar china en esas aguas disputadas, ya que en sus dos años de mandato ha optado por no reclamar los derechos de Filipinas sobre ellas, en virtud de la sentencia favorable de la Corte de La Haya, a cambio de inversión.

China ha prometido unos 30.000 millones de dólares (25.668 millones de euros) en acuerdos de cooperación, inversiones, comercio y ayuda al desarrollo para Filipinas, de los que de momento se han concretado unos 7.200 millones de dólares (6.300 millones de euros), principalmente en infraestructuras.

El Gobierno filipino anunció recientemente que está negociando con empresas estatales chinas un acuerdo para la exploración conjunta de los yacimientos de gas y petróleo que se cree que hay en esas aguas, aunque de momento no han trascendido más detalles. EFE