El bombardeo de un mercado de pescado y de un acceso a un hospital de la ciudad yemení de Al Hudeida, en el mar Rojo, causaron el pasado jueves más de medio centenar de muertos y 130 heridos en una acción que los rebeldes hutíes calificaron de “nueva masacre” de la alianza militar que encabeza Arabia Saudí.
Este ataque se produjo en la estratégica urbe de Al Hudeida contra la que las fuerzas gubernamentales yemeníes, con el apoyo de la alianza, ya lanzaron el pasado junio una ofensiva para recuperar su control de manos de los hutíes, pero que detuvieron un mes después para abrir un espacio de conversaciones con los rebeldes.
Más de 130 heridos
En la acción de ayer murieron al menos 52 personas según el director de la oficina de Salud de la ciudad, Abdelrahmán Yaralá, responsable de esta dependencia controlada por el Gobierno de los rebeldes hutíes. La cadena de televisión Al Masira, que controlan los hutíes, elevó la cifra de muertos a 55 y a 130 los heridos, citando al ministro de Salud del Gobierno rebelde, Taha al Mutawakil.
El ataque tiene un componente de crudeza extra por el hecho de que el segundo proyectil cayó en la misma zona donde había impactado el primero y a la que habían acudido varias personas a ayudar a heridos y víctimas. Fuentes médicas del hospital de La Revolución indicaron que al menos 17 personas murieron y otras 20 resultaron heridas por el impacto de dos proyectiles en un ataque aéreo contra el principal mercado de pescado de Al Hudeida y que otro proyectil impactó contra la entrada del centro sanitario causando decenas de víctimas.
En un comunicado el Comité Supremo Revolucionario de los hutíes, órgano ejecutivo de los rebeldes que gobierna el Yemen, acusó a la alianza que encabeza Arabia Saudí de “una nueva masacre” por este bombardeo. “La ejecución de estas masacres confirma la actuación terrorista de la alianza agresora estadounidense-saudí y sus aliados en el Yemen y son crímenes de guerra”, denunciaron los rebeldes.
La coordinadora humanitaria de la ONU para el Yemen, Lise Grande, denunció este viernes el bombardeo contra el hospital, que es uno de los pocos centros sanitarios que aún funcionan en la zona y el que ofrece el mejor tratamiento contra el cólera en la urbe costera. “La Revolución es el hospital más grande del Yemen y uno de los pocos que funcionan en la zona (de Al Hudeida). Acoge uno de los mejores centros de tratamiento del cólera en la ciudad”, destacó Grande. “Cientos de miles de personas dependen de este centro para sobrevivir”, agregó.
La coordinadora humanitaria explicó que con la aparición de nuevos casos de cólera en Al Hudeida, el impacto del bombardeo puede ser desastroso y poner en riesgo los esfuerzos de las agencias humanitarias para luchar contra la enfermedad.
Precisamente hoy advirtió la Organización Mundial de la Salud (OMS) de que el Yemen puede sufrir una tercera oleada de cólera, una epidemia con un millón de casos sospechosos en el país que se agrava por las elevadas tasas de malnutrición y la guerra.
“Hemos tenido dos importantes curvas de epidemia de cólera en los últimos años y los datos de los últimos días y últimas semanas muestran una tendencia que sugiere que podríamos estar a punto de una tercera”, dijo en rueda de prensa el subdirector general de la OMS para la Preparación y la Respuesta ante Emergencias, Peter Salama.
“No nos encontramos a estas alturas del año en el mismo nivel de incidencia masiva de cólera que vimos el año pasado, pero vemos una tendencia creciente de casos, particularmente en Saná y alrededores y en algunos distritos de Al Hudeida y otros lugares”, dijo.
Llamada a la comunidad internacional
Los rebeldes insisten en denunciar la falta de voluntad de paz de la coalición árabe. “Apenas pasa un día sin que las fuerzas de la coalición de Estados Unidos, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos e Israel cometan masacres contra el pueblo yemení desde hace casi tres años y medio”, señalaron en referencia al comienzo de la intervención de la alianza en marzo de 2015.
Según la nota, “lo que debe saber hoy el mundo es que los estadounidenses y los británicos, que son miembros permanentes del Consejo de Seguridad (de la ONU), junto a los saudíes, los emiratíes y sus aliados, cometen masacres a diario e infringen la ley sin ningún tipo de impedimento o disuasión y obstaculizan cualquier intento para lograr la paz”.
Los rebeldes hicieron un llamamiento a la comunidad internacional para que “transmita su deseo de paz en el Yemen a través de trabajar para que del Consejo de Seguridad de la ONU salgan decisiones que pongan fin al bombardeo contra los yemeníes y levanten el asedio sobre el Yemen”, en referencia al bloqueo naval y aéreo que impone la coalición.
Precisamente hoy el enviado de la ONU para el Yemen, Martin Griffiths, anunció que va a convocar a las partes a negociaciones de paz el próximo 6 de septiembre en Ginebra, lo que, de producirse, supondría la primera ronda de conversaciones entre el Gobierno yemení y los rebeldes hutíes en casi dos años.
La tensión ha ido en aumento los pasados días entre los hutíes y la coalición, después de que los primeros atacaran un petrolero saudí en aguas del mar Rojo, lo que llevó a Arabia Saudí a suspender la semana pasada el transporte de crudo a través del estrecho de Bab al Mandeb, desde el océano Índico.
La coalición ha realizado varios ataques contra Al Hudeida después de ese incidente, a pesar de que detuvo el pasado julio la ofensiva para recuperar el control de la urbe, en manos de los rebeldes hutíes desde finales de 2014. La ciudad y su puerto es de importancia estratégica para las partes beligerantes porque a través de él llega al Yemen el 70 % de los suministros que alcanzan el país por mar.
La tensión ha ido en aumento los pasados días entre los hutíes y la coalición, después de que los primeros atacaran un petrolero saudí en aguas del mar Rojo