Como si fuera el Rey Midas. El avión que transporta a Vladimir Putin en sus viajes al extranjero es un palacio con alas. El líder ruso ordenó la remodelación por dentro de la aeronave presidencial IL-96-300 para equiparla con zonas para trabajar, descansar y hacer ejercicio. Es prácticamente indetectable para los radares, tiene un canal de comunicación para lidiar con conflictos desde el aire y cuesta cerca de 500 millones de dólares.
Existen cuatro aviones idénticos por motivos de seguridad, y no se conoce en cuál viaja Putin en el momento de despegue para garantizar la protección del mandatario. Tiene una autonomía suficiente como para salir del Aeropuerto Internacional de Moscú y aterrizar en la Antártida. Eso sí, apurando el combustible.
Le acompaña en todos los viajes que lleva a cabo fuera del país, es un lugar en el que Vladimir puede descansar en su habitación, darse una ducha a 12.000 metros de altura o hacer ejercicio en cualquiera de las tres elípticas disponibles. También está preparada para alojar conferencias de trabajo con sus asesores. Así es por dentro:
El avión, fácilmente distinguible por su amplio fuselaje, mide más de 55 metros de largo, y su envergadura (distancia entre los extremos de las dos alas) supera los 60 metros. En otras palabras, ocupa todo el ancho del Estadio Maracaná, una de las canchas más grandes del mundo. Las imágenes filtradas, publicadas por un bloguero ruso, desvelan también el cuarto de baño de lujo de Vladimir Putin. Hasta el retrete tiene repuntes de oro.
Si quiere viajar como el resto de mortales, sentado en su asiento con el cinturón puesto, Putin tiene donde elegir: sofás revestidos de cuero color crema, asientos individuales con mesa, acceso a las ventanas para comprobar su escolta aérea de combate… Lo que él quiera.
Vladimir Putin no se preocupa por elegir entre ventana o pasillo. De hecho, el líder ruso tiene vistas desde los corredores del avión. Y por si acaso, también tiene más sofás de cuero, mesas y lámparas para facilitar el viaje.
Las fotos filtradas no revelan área de ocio desmedidas, pero sí una cocina para ampliar la clásica oferta de pasta o pollo, y una zona para hacer ejercicio: saco de boxeo, elípticas, cintas para correr… Se sabe que al presidente ruso le gusta mantenerse en forma, y ahora puede hacerlo mientras viaja.
Por fuera luce como un avión cualquiera, pero esconde un búnker de lujo por dentro. La aeronave posee un revestimiento exterior especial que dificulta las labores de detección por parte de radares aéreos. Por fuera es fácilmente reconocible, una bandera rusa recorre el largo del avión seguido de la palabra Россия (Rusia escrito en ruso).