Robert, David y Eddy nacieron en los suburbios de Nueva York en julio de 1961.
Fueron separados al nacer y entregados en adopción a tres familias distintas.
Los trillizos crecieron sin saber que tenían hermanos idénticos, hasta que casualmente un día, se enteraron de la verdad.
A los 19 años, Robert Shafran fue a su primer día de clases en la universidad, cuando se dio cuenta que lo confundían con otro estudiante llamado Eddy Galland.
Decidió contactarlo para saber qué estaba pasando y descubrió el secreto.
“Sus ojos eran mis ojos y mis ojos eran los suyos. Era verdad”.
La última pieza del rompecabezas apareció cuando David Kellman vio la fotografía de los dos estudiantes en un periódico y descubrió que él también era idéntico a ellos.
Esa es parte de la historia retratada en el documental Three Identical Strangers(Tres desconocidos idénticos), de Tim Wardle, actualmente en cartelera en Estados Unidos.
“Como niños”
Cuando los jóvenes se vieron en persona por primera vez estaban profundamente emocionados.
“Todo era nuevo, todo era celebración. Por primera vez nadábamos juntos en el océano o nos subíamos a una montaña rusa”, explicó David Kellman a la BBC.
“Nos sentíamos como niños, porque no habíamos tenido una infancia juntos. Fue muy divertido”.
Los trillizos se convirtieron en un fenómeno mediático, luego de aparecer en variosprogramas de televisión y en una película en la que actuaba Madonna.
Llegaron incluso a abrir un restaurante juntos.
Un experimento secreto
Todo parecía ir bien, hasta que salió a la luz pública que la separación de los mellizos no fue casual. Muy por el contrario, los niños formaron parte de un oscuro experimento social tramado secretamente.
La ahora extinta agencia de adopciones Louise Wise, asignó una familia distinta a cada recién nacido, para que formaran parte de un estudio desarrollado por el Child Development Center, organismo que más tarde se fusionó con la organización Jewish Board.
La investigación era un proyecto del psicoanalista de origen austriaco, Peter Neubauer, quien en esos años estaba a cargo del Child Development Center.
Su plan era investigar de qué manera influye la genética y la crianza en el desarrollo de las personas cuando crecen en ambientes socioeconómicos distintos.
Para eso, Neubauer y su equipo, llevaron a cabo un periódico seguimiento de los niños a través de los años y nunca revelaron a las familias el verdadero objetivo de la investigación.
“No puedes jugar con las vidas humanas”
Cuando finalmente los trillizos se enteraron del secreto plan del psicoanalista, lo criticaron duramente, catalogando el estudio como “cruel” y comparándolo con los experimentos sociales llevados a cabo por los nazis.
“Me siguieron cuando era bebé, cuando era niño, y un día le dije a mi madre que no me gustaba que esas personas fueran a hacerme preguntas”, dice Shafran.
“No se por qué decidieron hacer esto, no puedo verlo como algo humano. No puedes jugar con las vidas humanas. Teníamos que estar juntos y nos separaron por motivos científicos”, agrega.
Antes de morir en 2008, Neubauer dejó la información del estudio guardada en los archivos de la Universidad de Yale, con el acceso restringido hasta el año 2065.
El director del documental cuenta que el experimento fue inicialmente mantenido en secreto para asegurar la efectividad de los resultados de la investigación.
Pero cuando los hechos salieron a la luz pública, “hubo mucha vergüenza entre los que participaron e intentaron esconderlo”, dice Wardle.
Aunque se desconocen las razones, uno de los trillizos, Eddy Galland, se suicidóen la década de los 90.
Sus hermanos, creen que este tipo de investigaciones con humanos no deberían volver a realizarse porque traspasan los límites éticos de los estudios científicos y los derechos básicos de las personas.
El documental ganó un reconocimiento especial del jurado en el último Festival Sundance y está previsto que en los próximos meses sea estrenado fuera de Estados Unidos.