“Así es absolutamente, voy con eso, a despenalizar la marihuana”, dijo Sánchez Cordero en una entrevista radiofónica al ser cuestionada sobre si quiere legalizar la siembra, la cosecha, el trasiego y el uso lúdico de la marihuana.
Sánchez Cordero, quien fue ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación entre 1995 y 2015, defendió que mediante esta propuesta “podemos buscar un camino de pacificación” par acabar con la guerra contra el narcotráfico, que ha dejado más de 160.000 muertos.
“Ya la despenalizó Canadá y ya la despenalizaron la mayoría de estados de Estados Unidos. ¿En qué estamos pensando nosotros? ¿nos seguiremos matando cuando ya toda Norteamérica la está despenalizando?”, cuestionó.
Igualmente, argumentó que la despenalización debe ir acompañada de “programas de prevención y rehabilitación a adictos, y sobre todo castigar de forma muy importante a quienes proporcionen marihuana a menores de edad”.
Sánchez Cordero sostuvo que López Obrador, quien ganó la elección presidencial el domingo pasado, “deberá reflexionar” sobre esta propuesta, aunque ya avanzó que el próximo mandatario “no está cerrado a la idea”.
Asimismo, sugirió que la amapola -planta con la que se produce la heroína- pueda tener un “uso fármaco” para tratar enfermedades terminales.
“Las farmacéuticas compran mucha amapola que necesitan para hacer morfina. ¿Por qué no vendérsela?”, dijo la probable próxima secretaria de Gobernación, quien recordó que 120 comunidades del sureño estado de Guerrero “viven de eso”.
A principios de año, el secretario de Turismo de México, Enrique de la Madrid, sugirió despenalizar la marihuana en los estados de Quintana Roo y Baja California Sur para que la violencia no afecte al turismo de esas regiones, aunque la propuesta no ganó impulso.
López Obrador, del izquierdista Movimiento Regeneración Nacional (Morena), ganó la Presidencia de México con 53 % de los votos en los comicios del pasado domingo, situándose a 30 puntos del segundo aspirante, Ricardo Anaya, del conservador Partido Acción Nacional (PAN).
Más de 89 millones de mexicanos estaban llamados a las urnas este 1 de julio para renovar 3.400 cargos, lo que convirtió estas elecciones en las más grandes de la historia del país.