La pena máxima de 30 años de prisión le fue impuesta ayer a Martín Batista Ogando por el asesinato de la joven Geraldine Sánchez Baldera, en noviembre del 2017.
El Primer Tribunal Colegiado del Distrito Nacional, presidido por la jueza Giselle Méndez, también lo sentenció al pagó de 5 millones de pesos como indemnización a favor de los padres de la occisa por los daños morales causados.
Batista Ogando deberá cumplir la sentencia en la cárcel pública del 15 de Azua, bajo el control del juez de ejecución de la pena de San Cristóbal.
Durante la audiencia el sentenciado pidió perdón a los familiares de la joven de 28 años y aseguró que el disparo que le propinó en la cabeza no fue premeditado.
A través de su abogado el condenado había solicitado que se le dictara 15 años de reclusión carcelaria.
Familiares conformes con pena
Los padres de Geraldine dijeron sentirse conformes con la decisión tomada por las tres juezas del tribunal.
“Desde el día que comenzamos este problema la justicia ha estado a favor de nosotros todo el tiempo, gracias por la justicia que se ha hecho en este país”, expresó el padre de la joven Elpidio Sánchez, visiblemente afectado.
Asimismo, la madre de Geraldine, Evangelista Baldera, le dio gracias a Dios y al tribunal.
“Gracias a Dios y a los magistrados que se hizo justicia, ya mi hija puede descansar en paz”, dijo.
El hecho ocurrió cuando el imputado fue al trabajo de la occisa en el sector Galá para entregarle artículos del hijo en común y le disparó en la cabeza.
El juicio de fondo fue dividido en dos fases, a solicitud de la defensa del condenado. El pasado 28 de febrero Batista Ogando fue declarado culpable y ayer se conoció el juicio a la pena y fue condenado a 30 años de cárcel.