En Ucrania, el coronavirus deja en el limbo a más de un centenar de bebés nacidos de vientres de alquiler. En este momento, el futuro inmediato de estos recién nacidos es incierto. El cierre de fronteras impuesto para luchar contra la pandemia, impide a sus padres extranjeros ir a hacerse cargo de ellos. Ucrania cerró sus fronteras a los extranjeros a mediados de marzo.
“Estos niños son un problema, porque no pueden ir con sus padres. Son de China, Francia, España, Italia, Estados Unidos, Bulgaria… Todos están en la misma situación, porque las fronteras están cerradas”, ha dicho Lyudmyla Denisova, defensora del pueblo de Ucrania.
Parte de los pequeños están en centros médicos. Otros 51 en un hotel de Kiev, propiedad de una de las clínicas de la capital.
La maternidad subrogada es ilegal en la mayoría de los países europeos, pero está permitida en Ucrania, que se ha convertido en el destino predilecto de quienes buscan un vientre de alquiler.