Brasil ha superado al Reino Unido y se ha convertido en el segundo país del mundo con más muertos por la pandemia de la COVID-19: 41.828, según los datos publicados el viernes. El número de contagios ronda los 830.000, más de la mitad del millón y medio registrado en el conjunto de América Latina.

Numerosas ciudades, como Manaos o Sao Paulo, han tenido que ampliar sus cementerios. La situación, preocupante, tiene como telón de fondo el insistente negacionismo del presidente Jair Bolsonaro:

“La información que tenemos, puedo estar equivocado, pero en su totalidad o en gran parte nadie ha muerto por falta de respiradores o de una cama en la UCI. En un caso u otro podría haber sucedido. ¿Tiene usted un hospital de campaña o un hospital público cerca? Encuentre una manera de entrar y filmar en ellos. Mucha gente lo hace y hace falta que lo haga más gente para mostrar si las camas están ocupadas o no”.

Preocupante también por la reanudación de la actividad comercial en ciudades como Río de Janeiro debido a la presión del Gobierno central y de las empresas privadas, y en contra de la opinión de los expertos en salud pública. Entre la multitud que acudió el viernes a los mercados para hacer compras, había muchas personas sin mascarilla y sin respetar la distancia social.