Cientos de manifestantes irrumpieron este martes en la sede de la Asamblea Nacional ecuatoriana, aunque la Policía consiguió expulsarlos poco después. Tras imponer el estado de excepción la semana pasada, el Gobierno ha decretado ahora el toque de queda a partir de las ocho de la noche alrededor de los edificios gubernamentales.
La situación es explosiva. Miles de indígenas han llegado a Quito, algunos caminando cientos de kilómetros, para manifestarse este miércoles en una jornada de paro nacional, contra la subida del precio de los combustibles.
“Aquí estamos nosotros porque subieron el combustible. A nosotros no nos conviene eso”, explica un manifestante.