El anuncio de la restricción se produce después de que las actuales y agresivas medidas hayan resultado insuficientes para disuadir a la población de tener coche. Y eso que adquirirlo es todo un lujo. Se necesita antes disponer de un certificado de titularidad (COE, en sus siglas en inglés) para tener derecho a la propiedad y uso de un vehículo por un tiempo limitado: el título expira a los diez años.

Los inconvenientes no terminan ahí. Debido a las elevadísimas tasas que las autoridades imponen sobre los vehículos –los importados tienen un arancel aduanero del 41 por ciento ad valorem, por ejemplo–, un coche de rango medio en Singapur puede costar hasta cuatro veces más que en Estados Unidos o Reino Unido, según un informe de Deutsche Bank.

Aun así, el parque móvil de la ciudad-Estado, con una población de algo más de 5 millones y medio de personas, ronda actualmente el millón de vehículos (de unos 800.000 hace diez años), del que más de 600.000 son coches privados y de alquiler, incluidos los utilizados por servicios como Uber o Grab (el “Uber del sudeste asiático”, con sede en Singapur), que están ganando en popularidad en los últimos años.

Citando como causas las limitaciones de su territorio (el 12 por ciento de su superficie de 700 kilómetros cuadrados está destinado a carreteras, casi el mismo porcentaje que el ocupado por viviendas) y la inversión en el transporte público, la Autoridad de Transporte Terrestre (LTA, en sus siglas en inglés) de Singapur ha anunciado que el índice de crecimiento de vehículos permitido desde febrero de 2018 se reduce del 0,25 por ciento anual (vigente desde 2015) a directamente cero. La medida será revisada dos años después, en 2020.

“Debido a las limitaciones de nuestro territorio y a otras necesidades apremiantes, hay muy poco margen para una futura expansión de la red de carreteras”, indicó la LTA en un comunicado.

Los afectados son solo coches y motocicletas privados, no así los vehículos de mercancías o los autobuses, que podrán seguir aumentando un 0,25 por ciento al año hasta marzo de 2021. Un periodo en el que las autoridades esperan mejorar la eficiencia del transporte público y reducir también su flota.

Singapur ha anunciado para ello un nutrido plan de inversiones. El Gobierno dedicará unos 12.650 millones de euros en los próximos cinco años para duplicar la actual red de metro y 252 millones de euros en subsidios para el servicio de autobús público. En los pasados seis años ha creado 41 nuevas estaciones de metro, expandiendo la red de la ciudad-Estado hasta un 30 por ciento.