Las fuerzas de seguridad iraquíes matan a los prisioneros de Isis porque creen que si los militantes son enviados a los campos de prisioneros, sobornarán a las autoridades de Bagdad para que las liberen.

“Es por eso que los soldados iraquíes prefieren dispararles o tirarlos de los edificios altos”, dice una fuente iraquí.

Un ex alto funcionario iraquí dijo que podría nombrar la cantidad exacta que se necesitaría para que un miembro de Isis comprara documentos que le permitieran moverse libremente por Irak.

La creencia de los soldados y milicianos iraquíes de que su propio gobierno es demasiado corrupto para mantener detenidos a los combatientes Isis capturados es una razón por la cual los cuerpos de los sospechosos de Isis, disparados en la cabeza o el cuerpo y con las manos atadas a la espalda, El río Tigris río abajo de Mosul.

La venganza y el odio provocados por las atrocidades de Isis son motivos de ejecuciones extrajudiciales de los escuadrones de la muerte, pero también lo es la desconfianza hacia un sistema judicial iraquí, notoriamente corrupto y disfuncional.