Máxima seguridad en el Capitolio estadounidense, en cuyas paredes todavía resuena la violencia del asalto protagonizado el miércoles por los seguidores de Donald Trump.

El presidente estadounidense, que pasa sus últimos días en la Casa Blanca, está en el punto de mira de los congresistas demócratas que prevén iniciar un segundo juicio político contra Trump, salvo que consigan su renuncia.

“Él es una clara amenaza para nuestra democracia. Si no dimite, entonces nuestros líderes tienen que reunirse y tramitar la vigésimo quinta enmienda para su destitución. Si no actúan, entonces el Congreso se reunirá la semana que viene y seguiremos con el segundo juicio político de Donald J. Trump”, ha dicho la congresista demócrata Carolyn Maloney.

Los incidentes han dejado un país no sólo totalmente polarizado sino preocupado por la posibilidad de que hechos como estos se pueden volver a producir.

Este mismo sábado un centenar de partidarios de Donald Trump se manifestaron frente al capitolio de Minnesota, en la ciudad de Saint Paul, estrechamente vigilados por las fuerzas de seguridad.

Tan sólo a unos metros, otro grupo de personas protestaba contra los supremacistas blancos.