El Antiguo Testamento asegura que Matusalén tenía 187 años cuando engendró a Lamec y que vivió hasta los 969. Ya se sabe que las alegorías bíblicas son susceptibles de interpretación. La longevidad de Jeanne Calment, en cambio, parecía bien documentada. Falleció el 4 de agosto de 1997 a los 122 años y 164 días, en Arlés, en el sur de Francia. El mundo entero publicó la noticia. La consideraban la decana de la humanidad. Ese récord de ancianidad, no superado desde entonces, es ahora puesto en duda. Existe la sospecha de que Calment suplantó la identidad de su madre, muerta en 1934, por una razón tan trivial como la de ahorrarse el pago del impuesto de la herencia. Jeanne (en realidad Yvonne) habría pasado el resto de su vida guardando este secreto tan singular.