“Los bienes culturales están destinados a las actividades caritativas de la comunidad eclesiástica” pero pese a la obligación de preservarlos “no tienen un valor absoluto, sino que en caso de necesidad deben servir al mayor bien del ser humano y especialmente al servicio de los pobres“, advirtió este jueves el papa Francisco. Sobre las iglesias vacías dijo que “son un signo de los tiempos que nos invita a una reflexión”.

“La edificación de una Iglesia o su nuevo destino no son operaciones tratables solamente bajo el perfil técnico o económico”, destacó el pontífice en su mensaje a los participantes del Congreso “¿Dios no vive más aquí? Cesión de lugares de culto y gestión integrada de los bienes culturales eclesiásticos”.