Liniers & Montt vuelven a Lima para presentar su Standup Ilustrado - Infobae

Andriy Yermak, Jefe de la Oficina del Presidente de Ucrania, confirmó la noticia que se esperaba hace días, y que Vladimir Putin tanto temía: los soldados de Kiev ingresraon a Lyman, la ciudad ubicada en el este del país, en la misma zona en la que Moscú orquestó los referendos de anexión ilegales en los últimos días.

El funcionario de Zelensky publicó un video en elq ue se ve a los soldados ucraniandos con la bandera dle país y con el cartel de laciudad en als espaldas. Orgullosos muetsran su bandera, señal de reconquista.

La toma de Lyman se esperaba, hacía días que las tropas de Kiev habían rodeado la ciudad y tenían cercados a miles de soldados rusos.

La reconquista de la ciudad, ubicada a 50 km al sureste de Izium, al norte de la región de Donetsk, es clave porque actúa como una barrera en el dispositivo ruso, entre el frente del saliente de Kramatorsk (al norte) y el río Oskil, por donde transitan la mayor parte de los suministros de las fuerzas rusas desplegadas en el este de Ucrania.

Las tropas ucranianas ingresaron a Lyman

Anexión “ilegal e ilegítima”

Washington anunció nuevas sanciones “severas” contra funcionarios rusos y la industria de defensa, y dijo que los aliados del G7 apoyan la imposición de “costes” a cualquier nación que respalde la anexión.

El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, instó inmediatamente a la alianza militar liderada por Estados Unidos, la OTAN, a que conceda a su país el ingreso por la vía rápida. También prometió no mantener nunca conversaciones con Rusia mientras Putin estuviera en el poder.

El jefe de la OTANJens Stoltenberg, tachó la anexión de “ilegal e ilegítima”, pero no se pronunció al respecto después de que Ucrania declarara que solicitaba su ingreso en la alianza occidental.Putin firma la anexión de los territorios ocupados en Ucrania

0 seconds of 1 minute, 1 secondVolume 90% El presidente ruso realizó un acto en el Kremlin junto a la élite política de su país

Estados Unidos y Canadá expresaron su apoyo a la adhesión de Ucrania, pero se abstuvieron de prometer una vía rápida.

Turquía dijo el sábado que la anexión rusa era una “grave violación de los principios establecidos del derecho internacional”.

A pesar de las advertencias de Putin antes de la anexión de que podría utilizar armas nucleares para defender los territorios capturados, el ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, dijo que Kiev “seguirá liberando nuestra tierra y nuestro pueblo”. Kuleba también dijo que Ucrania llevó las anexiones a la Corte Internacional de Justicia e instó al tribunal con sede en La Haya a ver el caso “lo antes posible”.

El asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, afirmó ayer que Washington anunciará un nuevo envío de armas “inmediato” para Kiev la próxima semana. Sullivan también dijo que, aunque existe el “riesgo” de que Putin utilice armas nucleares, no hay indicios de que lo vaya a hacer de forma inminente.

El sábado, la agencia nuclear ucraniana dijo que una “patrulla rusa” detuvo al director general de la central nuclear de Zaporizhzhia, en manos de Moscú.

Ihor Murashov salía de la planta el viernes cuando fue detenido y “conducido en dirección desconocida” mientras tenía los ojos vendados, dijo Energoatom.

Zaporizhzhia -la mayor instalación de energía nuclear de Europa- ha estado en el centro de las tensiones en las últimas semanas después de que Moscú y Kiev se acusaran mutuamente de ataques a la planta y sus alrededores, lo que ha hecho temer un desastre atómico.

El viernes, Rusia vetó una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que condenaba la anexión de las regiones, mientras que China, India, Brasil y Gabón se abstuvieron.

Aunque el veto de Rusia era una certeza, las potencias occidentales esperaban demostrar el creciente aislamiento de Moscú en la escena mundial y ahora llevarán el esfuerzo de condena a la Asamblea General, donde cada nación tiene un voto y ninguna puede anular una resolución.

En una reunión de la UNESCO celebrada el viernes en Ciudad de México, representantes de decenas de países abandonaron la sala cuando Rusia tomó la palabra, condenando simbólicamente la invasión de Ucrania.