Twitter ha revelado por primera vez una base de datos con 1.196 cuentas suspendidas en Venezuela que “parecen involucradas en una campaña de influencia impulsada por el Estado”, según la red social. El análisis de la actividad y contenido de casi 9 millones de tuits permite observar cómo el Gobierno usa cuentas falsas para amplificar su propaganda. Su objetivo es hacer ver que tiene más apoyo popular del que tiene en realidad. Twitter solo ha atribuido y revelado los datos de este tipo de campañas en cuatro países: Rusia, Irán, Bangladés y Venezuela.

Los beneficiados por la campaña artificial de retuits y repetición de tuits para lograr trending topics son fáciles de identificar. El usuario más mencionado por las cuentas suspendidas es el presidente Nicolás Maduro, seguido de los medios chavistas Foro Candanga y Correo del Orinoco y del presidente de la Asamblea Nacional Constituyente de Venezuela, Diosdado Cabello. Los sustantivos más usados por esas cuentas parecen una lista de las prioridades del Gobierno: Venezuela, pueblo, presidente, Maduro, Gobierno, Chávez, Rusia o patria. Los hashtags más repetidos son una mezcla de palabras clave para colarse en tendencias (#noticias, #news, #android, #deportes) con otros más connotados: #tropa, #legionafanb o #lechuguinos.

Así opera la propaganda venezolana en Twitter

Las cuentas suprimidas por Twitter son de tres tipos: primero, un grupo de tres usuarios con cientos de miles de seguidores; segundo, dos docenas que van de unos pocos miles a 70.000 seguidores y, tercero, una larga cola de cientos de cuentas que difundían contenido. Es un modelo habitual en estas campañas: “En general tiene sentido tener un grupo de cuentas dedicadas a postear contenido y muchas otras diseñadas para amplificarlo mediante retuits, respuestas y menciones automáticas”, dice Fil Menczer, del Observatorio de Redes Sociales de la Universidad de Indiana.

@ForoCandanga es, con medio millón de seguidores, la mayor cuenta suprimida. En su resumen biográfico decía: “Fundación ForoCandanga | Especialistas en Medios Digitales y Redes Sociales IG: Foro.Candanga”. La cuenta que posee en Instagram —empresa que pertenece a Facebook— sigue activa con 42 mil seguidores. Las otras dos cuentas con más de 300.000 seguidores suspendidas son @EscalonaJuanF, cuya bio era “Soldado de la Revolución Bolivariana, Bendecido por Dios al ser Ayudante del Comandante Presidente Hugo Chávez y de @NicolasMaduro”, y la cuenta del @MippciVen, el Ministerio del Poder Popular para la Comunicación y la Información.

Así opera la propaganda venezolana en Twitter

Twitter ha anunciado solo ahora esta suspensión, pero muchas cuentas fueron bloqueadas hace meses, según fuentes de la red social. La primera vez que se hizo un bloqueo —en el que más de 100 de estas cuentas suspendidas dejaron de tuitear de golpe— fue en agosto de 2017. Hasta entonces las cuentas suspendidas nunca habían sumado 50 mensuales. En los últimos meses, el ritmo de bloqueos creció: entre noviembre y diciembre de 2018, rozaron las 300 suspensiones.

En junio de 2017, páginas chavistas anunciaron el bloqueo de 180 cuentas oficiales, entre ellas la del Ministerio de la Comunicación. No todas las suspensiones de Twitter son permanentes. “Si ellos nos apagaron mil cuentas, nosotros abriremos 10 mil cuentas más con la juventud y la fuerza revolucionaria de la opinión pública por la verdad”, dijo entonces el presidente Maduro, en una presunta ingenua admisión de cómo funciona una red de amplificación.

La propaganda no para

El tamaño de las cuentas suspendidas sugieren que en realidad la operación chavista no solo puede resucitar sino que nunca fue eliminada del todo. Fuentes de Twitter ni confirman ni desmienten: “Hemos publicado todas las cuentas sobre las que hemos actuado y las hemos compartido con otras empresas del sector. Seguimos investigando actividad maliciosa en Venezuela y compartiremos información actualizada siempre y cuando la conozcamos”, dicen. El ritmo de advertencias y suspensión de cuentas sugiere que la compañía y el régimen venezolano se vigilan mutuamente para evitar bloqueos masivos o campañas de propaganda exageradas.