Los niños infectados de SARS-CoV-2 suelen pasar una enfermedad muy leve o asintomática, pero hay casos muy raros en que, un mes o mes y medio después de sufrir el contagio, ingresan en el hospital con un cuadro clínico que se ha dado en llamar MIS-C (’multisystem inflammatory syndrome in children, o síndrome multisistémico inflamatorio pediátrico), como informaba este diario ayer martes. Consiste en una inflamación del corazón, los pulmones, los riñones, el cerebro, la piel y los ojos que puede cursar con fiebre, dolor de tripa, vómitos y cansancio general. La causa se desconoce, pero la mayoría de los niños con MIS-C dan positivo a covid-19 o han estado expuestos a alguien contagiado. En España solo se han registrado 90 casos desde el inicio de la pandemia.
Una cuestión que parece mucho más común es la covid larga, descrita desde hace meses pero confinada hasta ahora al baúl de las rarezas que no son prioritarias en una emergencia mundial como esta. Una revisión de los historiales clínicos en California ha concluido que el 32% de las personas contagiadas que no habían sufrido ningún síntoma inicialmente (los famosos asintomáticos) han informado de efectos preocupantes semanas o meses después, según un estudio aún no revisado por pares, o científicos independientes. Un 32% es casi uno de cada tres contagiados asintomáticos, así que aquí ya no estamos hablando de ninguna rareza. Los síntomas son aquí dificultades respiratorias, dolor en el pecho, tos y molestias abdominales. Como nueva normalidad, es más bien fatigosa y debilitante.
Francis Collins, director de los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos, la mayor maquinaria pública de investigación biomédica del mundo, ha anunciado una ofensiva para identificar las causas de la covid larga y empezar a investigar sobre su prevención y tratamiento. La principal hipótesis que manejan los científicos es que los síntomas tardíos o de larga duración no estén causados por el virus en sí mismo, que puede haber desaparecido ya del cuerpo del paciente, sino de la respuesta inmunitaria que desencadena. Tal vez el coronavirus modifique nuestras células defensivas de alguna forma duradera. Pero “las ideas son baratas”, como dicen los británicos, y lo esencial es investigar si son ciertas o no.
La covid larga es menos edadista que la habitual, pues afecta por igual a niños y adultos. El estudio de California incluye 1.407 historiales clínicos electrónicos, de los que 34 eran de niños. De estos 34, 11 han mostrado covid larga, un porcentaje casi idéntico al de los adultos, o al de la muestra en su conjunto, un 32%.
La investigación no ha abordado uno de los problemas asociados a la covid de larga duración, que es el daño cognitivo. Sabemos que hay pacientes que han mostrado confusión mental, dificultades de concentración y pérdida de memoria. Al principio los médicos no anotaban estas circunstancias en los historiales, y ahora no hay registros suficientes para hacer los números. Pero habrá que hacerlos, porque todo indica que esos problemas psicológicos tampoco son ninguna rareza. Falta mucho por saber sobre este virus.