A Grace Mugabe nunca le ha importado que el pueblo del país que dirige su marido desde hace más de 30 años, Zimbabue, pase hambre. A ella le gusta el lujo, ir vestida de marca, los zapatos, las mansiones, darse sus caprichos… Y por eso, desde que se casó con Robert Mugabe, allá por 1996, se ganó el título de DisGrace (desgracia). Con el paso del tiempo ha ido sumando otros, como el que triunfa en la actualidad, Grace Gucci Mugabe. Hasta ahora ella sonreía ajena al rechazo de su pueblo, pese a que tenía un nuevo objetivo: suceder a su marido, de 93 años, en la presidencia del país. Pero eso, al menos por el momento, parece bastante complicado.

El matrimonio Mugabe permanece bajo arresto domiciliario desde el pasado martes, cuando las Fuerzas Armadas se desplegaron en Harare con vehículos blindados y carros de combate y anunciaron que tomaban el control para capturar a los “criminales” que rodean al presidente zimbabuense. La crisis política tiene su origen en la decisión de Mugabe de cesar como vicepresidente del país a Emmerson Mnangagwa, un cambio que fue interpretado como un intento de desbancarle de la carrera sucesoria para que le sucediera en el poder su mujer. Los planes parece que se le han torcido a Grace, pero, ¿quién es esta controvertida figura?

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Imagen de archivo de Grace Mugabe

A sus 52 años es la segunda mujer del jefe de Gobierno. Se conocieron cuando ella trabajaba como secretaria del presidente, época en la que estaba casada y tenía un hijo, pese a lo que se convirtió en su amante. Después tuvieron tres hijos: Bona, Robert Peter Jr. y Chatunga. Por aquel entonces Sally, la primera esposa de Mugabe, muy querida por el pueblo, luchaba por superar un cáncer de colon. Aquella historia nunca sentó bien en Zimbabue. Pero a Grace le dio igual: tenía sus propios planes.

A medida que su marido envejecía —se duerme en actos públicos e incluso ha llegado a confundirse y repetir discursos pasados— ella siempre aparecía detrás, como si fuera un poder en la sombra. De hecho, para sus detractores es eso, una persona que aprovecha la avanzada edad de su esposo para dirigir ella el país. Paralelamente, ha ido dando cada vez más titulares a la prensa, que han visto en ella una máquina de generar polémicas.

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El matrimonio Mugabe durante un discurso del presidente

Mientras que los zimbabuenses pasan hambre, ella cuenta con 3.000 pares de zapatos y es capaz de gastarse 100.000 euros en apenas dos horas de compras en París. Exhibe con orgullo el anillo de diamantes valorado en cerca de 1,3 millones de eurosque su marido le regaló en 2016, por su décimo aniversario de bodas, y, según Wikileaks, consigue llevar este estilo de vida gracias al comercio con los llamados diamantes de sangre.

Pero hay más: de ella se dice que es “agresiva” y “poco tolerante”. Esta descripción está muy vinculada a un suceso que tuvo lugar este 2017, cuando fue demandada en Sudáfrica por agredir a dos mujeres. Una de las víctimas, una joven de 20 años llamada Gabriella Engels, afirma que se encontraba en un hotel con amigos cuando fue golpeada por la primera dama, que se alojaba en la habitación contigua.